viernes, 14 de noviembre de 2014

Prevención de la Hipertensión Arterial

La Hipertensión Arterial es definida por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) como una presión sanguínea igual o superior a 140/90 mm Hg -la presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias, a medida que el corazón bombea sangre a través del cuerpo-. El debut de una hipertensión arterial puede ser variado, desde una epistaxis o sangrado nasal, a dolor de cabeza, una hemorragia cerebral, etc..., aunque en general no hay síntomas que avisen.
La mayoría de pacientes hipertensos se diagnostican de forma casual, tras una determinación rutinaria o en un reconocimiento médico preventivo. Solamente la mitad de los hipertensos saben que lo son. Por estos motivos es importante el control periódico de la tensión arterial a partir de los 40 años, a saber:
- Una presión arterial normal es cuando la presión arterial es menor a 120/80 mmHg, la mayoría de las veces.
- Una presión arterial alta (hipertensión) es cuando la presión arterial es de 140/90 mmHg o mayor la mayoría de las veces.
- Si los valores de su presión arterial son de 120/80 o más, pero por debajo de 140/90, esto se llama prehipertensión
El 95% de pacientes hipertensos sufren la llamada Hipertensión Primaria o Esencial. Su causa es desconocida, y en su desarrollo influyen varios factores: la obesidad, el exceso de sal, el tabaco, el alcohol, la vida sedentaria y la tensión psíquica o estrés. El 5% restante sufren Hipertensión Arterial Secundaria, como consecuencia directa de enfermedades renales, cardíacas, endocrinas, etc. La tensión arterial sufre oscilaciones fisiológicas a largo del día, en función de la actividad que se realice: se eleva durante el esfuerzo físico y en las situaciones de estrés, y en cambio desciende durante el sueño y en condiciones de reposo.

La Hipertensión Arterial puede afectar a cuatro órganos fundamentales: el corazón (angina de pecho, infarto), el cerebro (hemorragia cerebral, demencia), los riñones (insuficiencia renal) y los ojos (alteraciones en la retina). Las probabilidades de padecer hipertensión arterial aumentan con la edad. Puede ser que la presión arterial está demasiado alta a medida que vaya envejeciendo. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad, por lo tanto la presión arterial se eleva. La hipertensión arterial aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura.
Una persona tiene un riesgo más alto de sufrir hipertensión arterial si:
- Es obeso.
- Con frecuencia está estresado o ansioso.
- Toma demasiado alcohol (más de un trago al día para las mujeres y más de dos para los hombres).
- Consume demasiada sal.
- Tiene un antecedente familiar de hipertensión arterial.
- Tiene diabetes.
- Fuma.
- Cuando no se identifica ninguna causa de presión arterial alta, se la denomina hipertensión esencial.

La hipertensión secundaria puede ser causada por otra afección o por un medicamento que esté tomando y puede deberse a:
- Enfermedad renal crónica.
- Trastornos de las glándulas suprarrenales (como feocromocitoma o síndrome de Cushing).
- Hiperparatiroidismo.
- Embarazo o preeclampsia.
- Medicamentos como las píldoras anticonceptivas, pastillas para adelgazar y algunos medicamentos para el resfriado y para la migraña.
- Estrechamiento de la arteria que irriga sangre al riñón (estenosis de la arteria renal).
Recomendaciones para el control de la tensión arterial
1. Mantenga el peso dentro de la normalidad, evitando el sobrepeso y la obesidad.
2. Limite el consumo de sal, grasas animales y bebidas alcohólicas o estimulantes (café, té, etc.).
3. Realice ejercicio físico de forma regular: le ayudará a mantener el peso óptimo y descargará las tensiones acumuladas a lo largo de la jornada.
4. Si está tomando medicación antihipertensiva, siga las recomendaciones de su médico y no modifique ni abandone el tratamiento sin consultarle previamente.
5. No olvide la medicación cuando vaya de vacaciones. El tratamiento antihipertensivo es crónico, y no debe abandonarse.
6. No dude consultar con su médico ante la presencia de cualquier síntoma extraño o efectos adversos a la medicación.
7. Lleve consigo la ficha de registro de la tensión arterial, y el nombre de la medicación que esté tomando.
8. No fume. El tabaco es un factor de riesgo cardiovascular que unido a la hipertensión arterial potencia el riesgo de complicaciones

Aspectos importantes:
- La mayor parte del tiempo, no hay síntomas. En la mayoría de los pacientes, la hipertensión arterial se detecta cuando van al médico o se la hacen medir en otra parte.
- Debido a que no hay ningún síntoma, las personas pueden sufrir cardiopatía y problemas renales sin saber que tienen hipertensión arterial. La hipertensión maligna es una forma peligrosa de presión arterial muy alta. Los síntomas abarcan: dolor de cabeza fuerte, náuseas o vómitos, confusión , cambios en la visión  y sangrado nasal
- Es normal que su presión arterial sea distinta según la hora del día. Todos los adultos deben hacerse revisar la presión arterial cada 1 o 2 años si ésta fue menor de 120/80 mmHg en la lectura más reciente.
- Controle regularmente su tensión arterial.
- Modifique su estilo de vida reduciendo peso, el consumo de alcohol y de sal.
- Realice ejercicio regularmente.
- Siga el tratamiento y los controles que le indique su médico. Si tiene presión arterial alta, diabetes, cardiopatía, problemas renales o algunas otras afecciones, hágase revisar la presión arterial con mayor frecuencia, por lo menos una vez al año. El médico llevará a cabo un examen físico para buscar signos de cardiopatía, daño en los ojos y otros cambios en el cuerpo. También se pueden hacer exámenes para buscar: niveles altos de colesterol, cardiopatía, mediante exámenes como ecocardiografía o eectrocardiografía, nefropatía, mediante exámenes como pruebas metabólicas básicas y análisis de orina o ecografía de los riñones.
Tratamiento: El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial, de tal manera que tenga un menor riesgo de complicaciones. Usted y su médico deben establecer una meta de presión arterial.
- Si usted tiene prehipertensión, el médico le recomendará cambios en el estilo de vida para bajar la presión arterial a un rango normal. Rara vez se utilizan medicamentos para la prehipertensión. Usted puede tomar muchas medidas para ayudar a controlar su presión arterial en casa, como:
a) Consumir una alimentación cardiosaludable, que incluya potasio y fibra, tomar mucha agua.
b) Hacer ejercicio con regularidad, al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico por día.
c) Si fuma, dejar de hacerlo.
d) Reducir la cantidad de alcohol que toma a 1 trago al día para las mujeres y 2 para los hombres.
e) Reducir la cantidad de sodio (sal) que consume; procure consumir menos de 1,500 mg por día.
f) Reducir el estrés. Trate de evitar factores que le causen estrés y pruebe con meditación o yoga para desestresarse.
g) Mantener un peso corporal saludable. Su médico puede ayudarle a encontrar programas para bajar de peso, dejar de fumar y hacer ejercicio. Puede pedirle al médico que lo remita a un nutricionista que pueda ayudarle a planear una dieta saludable para su caso.
h) Cuán baja debe estar su presión arterial y a qué nivel necesita comenzar el tratamiento es algo individual, con base en la edad y cualquier problema médico que tenga. Hay muchos diferentes medicamentos para tratar la hipertensión arterial. A menudo un solo fármaco para la presión arterial no es suficiente para controlarla, y es posible que usted necesite tomar dos o más.
Es muy importante que usted tome los medicamentos que le recetaron.

Expectativas (pronóstico)
La mayoría de las veces, la presión arterial alta se puede controlar con medicamentos y cambios en el estilo de vida. La mayoría de las personas puede evitar que se desarrolle presión arterial alta, haciendo cambios en el estilo de vida diseñados para bajarla.
Cuando la presión arterial no está bien controlada, usted está en riesgo de:
- Sangrado de la aorta, el vaso sanguíneo grande que irriga el abdomen, la pelvis y las piernas
- Enfermedad renal crónica
- Ataque al corazón e insuficiencia cardíaca
- Riego sanguíneo deficiente a las piernas
- Problemas con la visión
- Accidente cerebrovascular

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